Probablemente has escuchado a menudo que la comunicación es fundamental en el matrimonio. Pero, ¿qué hace falta para conseguir una buena comunicación?
Hoy me gustaría darte algunas claves que te ayuden a entender y mejorar la comunicación con tu cónyuge.
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Comunicar bien no es “hablar mucho”
Es frecuente tener la sensación de haber discutido muchas veces sobre un mismo tema y no conseguir resolverlo. Y es que podemos hablar mucho sobre un tema, pero no hablarlo de manera útil. Piensa que tu objetivo cuando quieres compartir algo es que el otro lo entienda. Por lo tanto, hay que intentar hablar “su idioma”.
Plantéate: si ya has dicho lo mismo muchas veces, por ejemplo “siempre estás mirando el móvil”. Cómo puedes decirlo para que el otro te entienda mejor, por ejemplo, “me gustaría que me mirases a los ojos en vez de al móvil cuándo te hablo, porque así me siento más escuchado”.
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La mayor parte de nuestra comunicación es no verbal
No es sólo lo que decimos. También lo que no decimos. O cómo lo decimos. Las miradas, los gestos, los silencios… todo ello también comunica.
Cuida tu comunicación no verbal y presta atención a la comunicación no verbal de tu cónyuge para entenderle mejor.
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Comunicar no es “decirlo todo”
Hay que escoger bien las palabras y tener cuidado. Las palabras pueden hacer mucho daño. “No te soporto”, “lo haces todo mal”, «me tienes harta” … Comunicar no es decir todo lo que se pase por tu cabeza. Es tratar de compartir lo que piensas y lo que sientes de la mejor manera posible para conseguir tu objetivo: sentir que el otro te comprende. Por lo tanto, plantéate: ¿qué quiero decir? ¿Qué necesito realmente que mi marido o mi mujer pueda entender?
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Tener un objetivo claro
De la mano de lo anterior, el objetivo de comunicar tiene que ser positivo para la relación. No se trata de decirle al otro cómo me siento para culpar, juzgar, responsabilizar o hacer daño. Debe haber un esfuerzo conjunto, y la intención tiene que ser buscar una solución que sea buena para las dos. No se trata de decir “tienes que dejar de llegar tarde del trabajo porque me molesta” sino compartir lo que te hace sentir “cuando llegas tarde me siento sola y me gustaría pasar más tiempo contigo” y tratar de encontrar soluciones “quiero hablarlo para ver cómo conseguimos que tu puedas terminar tu trabajo pero podamos pasar tiempo juntos”
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Elegir un momento apropiado
La buena comunicación lleva tiempo. Seguramente tendrás que hacer varios intentos. Es probable que la primera vez digas algo que no querías decir o de la manera que no querías decirlo. Es importante dedicarle el tiempo necesario, todo el que haga falta. Para ello, ayuda mucho favorecer momentos de comunicación. Por ejemplo, tener un día a la semana para cenar juntos, solos. O dedicar un rato por las noches, antes de dormir, a tener una conversación.
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Buscar la comunicación profunda
Lo más importante para una buena comunicación es “mirar dentro” y compartir lo que realmente nos importa y nos afecta. No hace falta pensar en temas trascendentales, sino profundizar en los temas ordinarios. “¿Por qué me enfado cuándo la casa está desordenada?” “¿por qué siempre acabo gritando cuándo me mira de ese modo o me hace ese comentario?”.
La comunicación profunda es necesaria para seguir conociéndonos y creciendo en el matrimonio.