Ansiedad: más allá del síntoma

Ansiedad: más allá del síntoma
22 de julio de 2025 María Nistal

La sociedad está cada vez más concienciada sobre la importancia de la salud mental. Los datos sobre la presencia de ansiedad y depresión en nuestra población son alarmantes, al igual que el elevado consumo de ansiolíticos y antidepresivos. Por desgracia, muchas veces esta preocupación generalizada se centra únicamente en el síntoma, con el objetivo de evitar el sufrimiento, sin reparar en que el problema no es sólo la ansiedad, sino todo lo que hay más allá de ella.

Esto no lo decimos los psicólogos; son los propios pacientes quienes afirman que no sienten un alivio profundo ni ven resultados duraderos con la psicofarmacología o con la modificación de pensamientos y conductas que desencadenan su ansiedad.

Así llegó Clara a consulta. Contaba cómo había puesto en marcha distintos recursos para vivir sin ansiedad: apoyos en su entorno, práctica de deporte, derivación a psiquiatría y tratamiento farmacológico, meses de terapia, etc. ¿Consiguió disminuir su ansiedad? Sí, y mucho. Sin embargo, sentía que esos medios no eran suficientes ni abordaban el problema de fondo, y, tarde o temprano, la ansiedad volvía a aparecer de otro modo. Su motivo de consulta fue: “tengo ansiedad y quiero descubrir de dónde viene de VERDAD”.

Todos los pacientes ansían (nunca mejor dicho) conocer la VERDAD de lo que les pasa. Y cuando la encuentran, la aceptan y trabajan en ella, se liberan de esos síntomas que les esclavizan y sienten alivio al recuperar la LIBERTAD de poder SER ellos.

¿Y de dónde viene la ansiedad patológica? La ansiedad suele desencadenarse tras un acontecimiento vital estresante (duelo, estrés laboral, conflicto interpersonal…), o varios. Pero una cosa es el detonante, y otra muy distinta, las causas subyacentes. Como si fuéramos detectives, debemos interrogar a “esa ansiedad” hasta que nos cuente de dónde viene:

  • ¿Por qué apareces en ciertos momentos?
  • ¿Qué mensaje estás mandando? ¿A qué tienes miedo?
  • ¿Cuál es el origen de esos miedos?
  • ¿Qué tendría que pasar para que disminuyese tu intensidad?

Es cierto que parte del origen de la ansiedad tiene que ver con una mala regulación emocional, y por eso es necesario aprender estrategias sanas para manejar el estrés y aumentar nuestra tolerancia a las adversidades de la vida. Sin embargo, pueden existir muchos otros factores implicados: conflictos no resueltos, baja autoestima, creencias negativas sobre uno mismo, autoexigencia y perfeccionismo, heridas y traumas, etc.

Ojalá nuestra meta no sea librarnos a toda costa de la ansiedad. Aspiremos más alto: busquemos alcanzar una vida plena gracias a haber escuchado y dado respuesta al mensaje profundo que la ansiedad nos está intentando transmitir.

María Nistal

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